El Palacio Real de Bruselas es la sede de la monarquía belga. Durante muchos años fue residencia de la realeza y en la actualidad es el sitio desde el cual se ejecutan las funciones del Jefe de Estado. Algunas de sus habitaciones son utilizadas para el acogimiento de invitados.
El Rey de los Países Bajos, Guillemo I envió a construir el palacio en el año 1.815. Sería su residencia particular durante los periodos que decidiera residir en esta ciudad. Las obras se finalizaron 14 años más tarde.
Durante la revolución de 1.830 el monumento pasó a pertenecer al gobierno belga. Su imagen actual se logró en el 1.872 bajo las órdenes de Leopoldo II. Fue en esa etapa donde se realizaron las mayores remodelaciones y ampliaciones.
En el centro de la capital, frente al Parque de Bruselas, los reyes belgas hicieron de este sitio su residencia. Sin embargo, hace ya mucho tiempo que se trasladaron al Palacio de Laeken y el Royal Palace se utiliza para funciones de gobierno.
Es posible ingresar a varias estancias del Palacio, pero el recibimiento lo hace la estatua de Minerva en la gran escalinata de mármol blanco. El principio de un paseo de lujo, de historia y esa sensación única de ser parte de la realeza.
En cada una de sus paredes y habitaciones podremos ver los mobiliarios funcionales a los reyes y su familia. Tapetes de Goya, decoraciones exclusivas regaladas por diferentes reyes, lámparas de araña impresionantes, salas de instrumentos y mucho más. De seguro supera cualquier palacio que puedas imaginar.
Los frescos, los bajorrelieves de Rodin, una exposición sobre el la monarquía en las Guerras Mundiales, información sobre la nobleza belga son solo algunos datos. Además, veremos salones especiales perfectamente organizados y decorados. Los más recomendados:
Existen diferentes alternativas para trasladarse hasta las cercanías del Palacio Real de Bruselas.
Es una buena idea aprovecha la visita al Royal Palace para conocer otros sitios de interés turístico cercanos.
El Palacio Real de Bruselas es uno de los monumentos más importantes de Bélgica. Es una visita obligada si viajas en verano a la ciudad, pues los reyes están de vacaciones y el edificio se abre al público.
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