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Los templos de Angkor reflejan una civilización olvidada donde se encuentran los templos que se pueden considerar como los más impresionantes. Estos santuarios están invadidos por la selva, la cual con el tiempo fue retomando poco a poco lo que fue suyo.
Esta antigua ciudad se encuentra situada al este de Bangkok, Tailandia y al oeste de Ho Chi Minh, Vietnam. El lugar es una de las joyas que se deben visitar durante un viaje a Camboya. Seguramente conseguirás un viaje organizado con guía. No es difícil llegar. Es sorprendente el Imperio Jemer, con su hermosa arquitectura, la cultura Jemer y, claro está, sus famosos santuarios.
Los templos de Angkor no van a decepcionar al viajero que desee visitarlos. Tanto así, que han sido declarados como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Y que perfectamente podrían calzar como la octava maravilla del mundo.
Los Templos de Angkor fueron parte del Imperio Jemer, quienes los abandonaron durante unos 200 años en el interior de la selva. Esta decisión fue tomada con el objetivo de evitar ser invadidos por los tailandeses, cosa que nunca terminó de pasar.
Lo impresionante de esta historia es que, luego de estos dos siglos que fueron ocultos los templos fueron descubiertos de manera accidental. Todo ocurrió gracias a un francés naturalista quien se encontraba en busca de especies de mariposas no reconocidas. Fue él quien se topó por primera vez con uno de estos enormes santuarios en el interior de plena jungla.
Es uno de los sitios religiosos más grandes del mundo, es decir, la estructura religiosa de mayor tamaño jamás creada. Tiene capacidad para gran cantidad de personas. Este es sin duda el más reconocido y visitado de todos, obligatoriamente debe estar incluido en tu lista de templos.
Actualmente es un templo budista tan importante para la nación que es un símbolo de enorme valor. Se puede apreciar en el centro de la bandera de Camboya. Toda su estructura está repleta de estatuas de todos los tamaños, especialmente en el exterior hay algunas muy ornamentadas.
La arquitectura, todas las obras y esculturas con todos los relieves y de todas las formas. Las diferentes deidades talladas en sus paredes aún se encuentran muy bien conservadas.
Sin embargo, más allá del tema de la edificación, es realmente especial poder gozar de una de las propuestas más atractivas que ofrece el lugar. Disfrutar de un amanecer o el atardecer desde este recinto se ha vuelto muy famoso entre los visitantes. La sutileza de los colores del cielo que embarga el ambiente es única. Tonos azules, naranjas y amarillos se encargan de dibujar una hermosa postal.
Puede considerarse como uno de los templos más bonitos de Angkor. Es un santuario abandonado que se encuentra sumergido y absorbido por la implacable naturaleza selvática. Es decir, a pesar de que está en estado conservado, son las gigantescas raíces de los árboles que engullen las paredes del santuario.
Estos árboles que crecen sobre el templo es el principal centro de atracción (además de saber que está en el mismo estado de conservación desde su descubrimiento).
El Ta Prohm también se le conoce como el Templo de las Raíces. Es impresionante observar el seguimiento de las raíces de los árboles que crecen sobre este lugar. Sí, los árboles crecen sobre el templo. Se trata de troncos gruesos y con muchos metros de altura.
Puede ser el más fotografiado, pues cuenta con muchas imágenes peculiares. Resulta que posee más de 200 rostros tallados en sus paredes con formas gigantescas. También se le conoce como el Templo de las Caras.
Aún está en discusión a quien representan esos rostros. Pero lo que sí es cierto, es que hay construidos unas 216 caras, una en cada lado de cada torre existente, y son 54 torres.
También, en la parte baja, las paredes se encuentran talladas a bajo relieve con escenas cotidianas de los camboyanos. Así como de las guerras que han sufrido sus habitantes. Se trata de toda una historia contada a través de estas paredes. Pero curiosamente hay una escena muy particular donde aparece un enorme pez con la boca abierta, comiéndose nada más que a un ciervo.
Es un templo que se parece a una pirámide. Está dedicado al dios hindú, Shiva. Ubicado sobre una colina posee seis niveles de altura. Desde el tope se puede obtener una hermosa vista panorámica del Angkor Wat. Uno de sus atractivos principales suele ser observar la salida del sol sobre el otro santuario.
Es uno de los templos que nunca se terminó de construir, aun así, conserva su encanto. Está edificado sobre una montaña de unos 45m de altura y su nombre significa “montaña con picos de oro”.
Está escasamente decorada u ornamentada, pues los jemeres solían esculpir sobre las edificaciones ya culminadas. Se dice que durante su construcción cayó un rayo sobre el templo. Esto fue interpretado como una señal de los dioses que no estaban de acuerdo con dicha obra. Por este motivo fue abandonada.
También se ha pensado que, si este lugar lo fueran culminado, sería la obra más grande de Angkor.
Cuenta con escaleras casi verticales que imponen un reto para algunos visitantes. Sin embargo, escalarlas hace que goces de una impresionante vista panorámica de la selva. También es uno de los mejores sitios para ver el atardecer.
Su visita suele ser corta y precisa, pero casi imprescindible. Esto es debido a que se encuentra de paso entre los templos durante la ruta.
Es también conocido como el Templo de las Serpientes. Se trata de un santuario pequeño que tiene en su centro un lindo lago. Sus paredes cuentan con serpientes entrelazadas entre sí.
Curiosamente, en la actualidad se encuentra rodeado de un lago enorme el cual es reciente. Fue a partir de 2011 como resultado de las inundaciones, y desde entonces, no se ha drenado ni evaporado. Es por este motivo que se ha creado una especie de puente para poder llegar al santuario. Esto lo ha convertido en un paisaje un tanto peculiar, haciéndolo muy diferente a los anteriores.
Enamorado de los viajes y fotógrafo aficionado. Mi pasión es viajar, pero siempre acompañado de mi cámara. Como unión de estas dos cosas nació Viajeros por el Mundo!
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