Al noreste del casco histórico de Brujas sobre hermosas y verdes colinas se alzan unos imponentes molinos de viento, los Molinos de Kruisvest, con sus enormes aspas en movimiento.
Antes de llegar a los molinos está la Puerta de la Santa Cruz. La misma formaba parte de las antiguas murallas de la ciudad. Fue construida en el año 1400 y tiene dos grandes torres circulares a las que subían los guardias para vigilar la entrada a la ciudad.
De la Puerta de la Santa Cruz en adelante se extiende el parque Kruisvest, con hermosos canales y verdes praderas, ideales para pasar un rato de relajación absoluta. Es justo aquí, en este entorno paradisíaco donde se encuentran estos imponentes molinos de viento.
Uno de los más llamativos es el de Sint Janshuis. Fue construido en el siglo XVIII y es el único que aún se mantiene en su lugar original. Lo mejor es que puedes subir por su empinada escalera y llegar a lo más alto. También puedes entrar al interior y descubrir cómo es el mecanismo que hace girar las aspas.
Su vecino es el molino Koeleweimolen. En un principio se encontraba en otra parte de la ciudad, pero en el año 1996 fue trasladado a el lugar que ocupa actualmente. Tiene una valla que impide acceder adentro, pero puedes fotografiarlo por fuera y deleitarte con su belleza.
Otro de los molinos es el Bonne Chieremolen. Este también podrás conocerlo por dentro y subir por sus estrechas escaleras. El agradable olor a madera y trigo molido que se respira en su interior te trasladará a otra época.
Estos molinos rectangulares mantienen su estructura sostenida sobre cuatro pilares de piedra. Sobre estos pilares van dos troncos que se cruzan en el centro y otros cuatro en diagonal. Además, un enorme madero vertical se alza sobre todos ellos y carga con todo el peso de la estructura. Sus aspas tienen un enrejado tupido hecho con listones de madera.
Los molinos están ubicados en Sint Anna Quarter, al noreste de la ciudad justo al lado del canal que rodea la ciudad y la carretera R30. Llegar es muy fácil y tienes varias opciones. Una de ellas es tomar el bus 16 en el centro de la ciudad. Te dejará bastante cerca del Parque Kruisvest.
Otra es hacer la ruta en bicicleta e ir directo al parque donde están los molinos. Y por último puedes tomar la calle que sale desde la plaza del ayuntamiento y seguirla hasta el final.
Enamorado de los viajes y fotógrafo aficionado. Mi pasión es viajar, pero siempre acompañado de mi cámara. Como unión de estas dos cosas nació Viajeros por el Mundo!
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Observar los molinos es gratis, pero si deseas hacer el recorrido completo y verlos por dentro debes pagar. Niños hasta 5 años gratis, adultos 4 €. Mayores de 65 y menores de 25 3 €.
