DIA 12 – JINKA - SODOHoy madrugamos bastante, a las 6.15 ya estamos en pie ya que tenemos una larga jornada de coche. Va a ser un día de transición, con mucha carretera y la mitad por pistas.
Después de desayunar, a las 8 horas ponemos rumbo a
Sodo, lugar donde pasaremos la noche. El paisaje resulta demasiado monótono.
Tras hacer una parada en Konso para comer, aprovecho para conectarme al primer ciber-café que he visto por el sur y enviar un saludito a la web de viajeros por el mundo.
Continuamos ruta y hacemos un alto en una aldea konso, llamada
Davra.
Los
konso se asientan al sur del lago Chamo y se le considera el pueblo más laborioso de Etiopía, sobre todo y como no, a las mujeres. Por la carretera hemos ido observando a muchas mujeres acarreando enormes fardos de leña a sus espaldas, yo no podría ni levantarlo.
Es un pueblo básicamente agricultor (sorgo, trigo, maíz, patatas, hortalizas, etc) que cultivan en terrazas. También suelen criar algo de ganado como bueyes, cabras y ovejas.
Practican creencias religiosas tradicionales. Destacan sus tótems (estatuillas de madera que representan a un difunto valeroso al que veneran) que se levantan en recuerdo a alguien de relevancia social junto a las tumbas.
Pero sin duda, lo que más me llamó la atención de los konso, son sus aldeas, sumamente ordenadas y fortificadas por muros defensivos de dos o tres metros. Este curiosísimo sistema de muros de piedra delimitan lo que serían unos callejones muy estrechos hasta una puerta de acceso. Teníamos que ir en fila india, parecía como si estuviéramos en un auténtico laberinto.
Sus chozas están hechas con troncos de junípero o de acacia, suelo de piedra y un doble tejado de paja. El tejado superior hace las veces de granero para situaciones excepcionales de sequía. Todas estaban decoradas con una vasija en sus respectivos tejados. Además, en todo poblado konso existe una choza comunal para reuniones del Consejo y también para los jóvenes.





Según nos vamos acercando al Lago Abaya, el paisaje se vuelve mucho más verde. Vemos a ambos lados de la carretera árboles de mango, banano y papaya. Llegamos a
Sodo a las 20 horas muy cansados y encima, mañana toca nuevo madrugón, ya que tenemos otro larguísimo día de carretera.
DIA 13 – SODO – GOBAA las 6.30 ya estamos otra vez en ruta. La idea es hacer un alto en
Shashemene, ciudad donde ya paramos días atrás cuando íbamos camino del valle del Omo, para desayunar.
Había allí un café con unas pastas riquísimas y unos deliciosos zumos de tres sabores.
A las 10 y con el estómago lleno, continuamos por carretera. El paisaje que observamos a través de la ventanilla es de un verde intenso, a ambos lados de la carretera, kilómetros y kilómetos de campos de cereales, básicamente de trigo, tef y maíz. Ahora entendemos por qué llaman a este país “
el granero de África”.
Paramos a comer unos bocadillos que ya llevábamos preparados en un bar de un pueblecito de carretera, llamado
Harabe.
A las 14 horas nos ponemos de nuevo en marcha y la carretera de tierra va poco a poco ascendiendo. Nos acercamos a las montañas Bale y arriba en el puerto nos encontramos a 3400 metros, donde paramos a hacer unas fotos.
A las 17.30 entramos ya en
Goba, un pueblo que no tiene nada de interés pero que está a tan solo 45 kms del Parque Nacional de las Montañas Bale, donde iremos mañana a ver si tenemos la suerte de ver el lobo etíope, un animal endémico de Etiopía.


