Sábado 11 de julio (OETZ) Ruta: Timmelsjoch, Vent, Piburger y Oetz (282 km)Despertamos y rápidamente pusimos la tele, y nuestra última esperanza de subir al Hintertux se esfumaba. Así que bajamos a desayunar, check-out y en marcha.
El siguiente destino era el Otzal, inicialmente teníamos previsto hacer la “Ruta Alpina” entrando a Italia por el Brennerpass, luego el desvío en Vipiteno para llegar a San Leonardo in Passiria, el Passo de Monte Giovo, y luego ya por el Passo del Rombo (para Italia) o Timmelsjoch (para Austria) llegar al Otzal; pero como esa ruta duraba más de 3 horas, que con las paraditas se hubieran convertido en más de 4 seguro, elegimos la ruta directa que nos llevaba solo 1’30 horas.
De camino al nuevo valle.

Así también pasábamos por el hotel para ver la hora de la cena, ya que cuando reservamos, elegimos media pensión porque estaba muy bien de precio, pero sin caer en sus “horas de cena”. Al llegar al hotel sobre las 10, ya estaba la habitación, así que hicimos el check-in y seguimos camino; por cierto la hora de cena era de 6’30 a 7’30.
De camino a la frontera con Italia.
TIMMELSJOCHCarretera panorámica que se localiza pasado Solden, y que llega hasta los 2.509 m. de altitud y que luego pasa a Italia. Nos cogimos la carretera con tranquilidad y disfrutando del paisaje porque el tiempo era muy bueno, hacia buen sol.



En una de las paradas, sobre las 12’30 nos comimos unos sándwiches (horario completamente guiri), porque sino comíamos pronto, lo de tener hambre a las 6’30 lo veíamos complicado.



Llegamos a lo alto del puerto, por supuesto el viento era considerablemente fresquito, pero como el sol brillaba, la sensación no era desagradable; la temperatura era de 7º. Después de caminar un poco por allí y hacernos unas cuantas fotos, dimos media vuelta, ya que íbamos a dedicar la tarde a visitar algunos pueblos del valle. Horario: 7 a 20 horas. Precio ida y vuelta 17 €. Precio ida 13 €.





VENTAl llegar al Solden, que es pueblo mas grande del valle, cogimos el desvío hasta Vent, su ascensión llega hasta los 2.100 m. y transcurre por el valle Ventertal, un valle bastante tranquilo. Llegamos al pueblo unos fotitos y hacia abajo.

Estas son de otros pueblecillos por el camino.


Mas agua.

PIBURGEREs un pueblo muy pequeñito, al que se llega por una carreterita bastante bastante estrecha, de las que nosotros pensamos que no caben 2 coches, pero si que caben, que sale prácticamente desde enfrente de nuestro hotel. El pueblo parece que estaba en fiestas, ya que en algo que parecía su minúscula plaza estaban montando unas barras y mesas.



También hay un pequeño lago que se llama con el pueblo y que estas a 5 minutos de el.
Camino al lago.


Y un laguito mas.
OETZPrimero paseamos por la carretera y en un puente vimos a una gente haciendo rafting, no veáis como estaba el puente de gente viéndolos. Llegamos hasta uno de los extremos del pueblo, donde tiene este cartel tan bonito.

Después decidimos adentrarnos en el pueblo y parece otro mundo; mientras que la calle principal, esta llena de tráfico, tiendas, bares, hoteles; tan sólo una calle más hacia dentro la tranquilidad (y estamos hablando de las 5 de la tarde) es absoluta, no había gente, parecía otro sitio. Muy bonito. Me encantó este pequeño paseo.



Luego volvimos al hotel, no sabemos muy bien ni como ni porque pero a esas horas ya teníamos hambre, y nos daba la sensación de que era mucho mas tarde. Tan solo eran las 5’30 pero como ya se había ido el sol y estaba nublado, nos daba la sensación de que más tarde.
Cuando nos sentamos a cenar, teníamos un hambre que no veas, el primer plato era fijo y el segundo lo habíamos elegido al llegar por la mañana; cada cliente tiene su mesa fija ya asignada previamente, la nuestra estaba muy bien, ya que era una mesa grande y en una esquinita que daba a la carretera; eso si cuando nos encendieron la vela nos dio la risa, ya que aunque estaba nublado era completamente de día.

Esta hora de cenar nos destrozó por completo, estábamos como descolocados y no teníamos ni ganas de salir; y como además aquí si podíamos conectar el portátil a la tele y teníamos unos buenos sillones, nos hicimos una buena sesión de tele antes de dormir. Lo de cenar pronto nos es complicado, pero lo de dormir pronto nos es imposible.
Así como el Zillertal no nos convenció mucho, el Otzal al poco de pisarlo nos habia conquistado
